Continuando con la sarta de sin sentidos que me ocurren últimamente, el anterior fin de semana (aclarémonos: el sábado 14), un chico que en mi vida había hablado conmigo y, dicho sea de paso, tampoco es que me hiciera mucha ilusión que digamos... además de hablarme, quería "otros temas" que solo de pensarlo... PUAG!
Cambiando de fin de semana, el sábado 21 se dieron 2 situaciones que me hicieron reflexionar:
a) El repentino y continuado estado de persecución a mi persona por parte de un chico con el que yo creía que lo único que había habido (valga la redundancia) había sido una noche de pasarlo bien y nada más. Cada sábado que lo veo, tengo una sensación más potente de que me equivocaba.
b) Un chico con el que apenas tengo relación (me habla de vez en cuando, si tal) se acerca a mí 2 veces casi seguidas para preguntarme si se dónde está L. Esto no sería en absoluto extraño, pero si tenemos en cuenta que el susodicho estaba a pocos metros de él... la cosa ya no es tan normal.
Resulta que a este chico que se preocupaba tanto por la situación geográfica de L. le habían contado los detalles de lo que habíamos hecho aquella maravillosa noche que lo llevé a casa. Me preguntó que si estábamos saliendo, y tras mi contestación (obviamente le dije que no, porque es la verdad) me lo volvió a preguntar de una forma aún más insistente que la anterior.
No sé que demonios les pasa a los chicos últimamente conmigo, pero no lo entiendo!
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